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SEGURIDAD

Honduras tiene una de las tasas de homicidios más altas del mundo, y el 87% de esos asesinatos nunca verán una condena. Los altos índices de violencia e impunidad ponen a los hondureños pobres en riesgo de ser víctimas y les impiden acceder a la justicia. En este contexto, hacemos posible la paz tanto a nivel comunitario como nacional al caminar junto a las víctimas de la violencia y abogar por reformas nacionales.

Enfrentando la impunidad en casos de homicidio

En medio de los altos índices de violencia e impunidad de Honduras, los sistemas policial y judicial sufren de corrupción e ineficiencia, lo que significa que a menudo no quieren o no pueden hacer justicia. Mientras tanto, los testigos y las familias de las víctimas tienen demasiado miedo para presentarse, lo que crea una cultura de desconfianza entre las comunidades y las autoridades locales. Esta falta de confianza crea un círculo vicioso de violencia e impunidad, lo que hace casi imposible que los hondureños obtengan justicia en casos de violencia.

Desde 2005, hemos estado trabajando en las comunidades más vulnerables de Honduras para caminar junto a las víctimas y las fuerzas del orden locales para hacer justicia. ASJ asigna un equipo de tres personas compuesto por un abogado, un investigador y un psicólogo cristiano para casos individuales de homicidio. Este equipo trabaja para garantizar que el caso sea investigado y llevado a juicio, al tiempo que brinda protección a los testigos que, de otro modo, estarían demasiado asustados para testificar. Además, ASJ brinda apoyo psicológico a los familiares de las víctimas, ayudándolos a recuperarse del trauma que han vivido.


Este trabajo ha demostrado que el sistema de justicia puede trabajar a favor incluso de los más vulnerables: en un vecindario donde trabajamos, vimos una disminución del 75 % en los homicidios en solo cuatro años. Este programa ha salvado más de 600 vidas, haciendo que las comunidades más violentas de Honduras sean más seguras y creando oportunidades para que los hondureños vivan seguros. Dado el éxito en las comunidades donde ASJ ha trabajado, la Policía Nacional y la Fiscalía General están trabajando actualmente con ASJ para replicar el modelo en todo el país.


¿Le interesa cómo este equipo hace posible resolver casos de homicidio? Consulte nuestra serie Cómo resolver un asesinato en Honduras.

Defendiendo a las Víctimas de Abuso Sexual

Se estima que uno de cada 13 niños en Honduras será agredido o abusado, uno de los delitos más dañinos y traumáticos. Lamentablemente, también es uno de los delitos menos denunciados debido al miedo, el estigma y la falta de educación. Incluso cuando estos casos van a juicio, rara vez obtienen una condena: la Oficina del Fiscal General estima que menos del 1% de todos los casos obtendrán una condena. Esto significa que pocos perpetradores enfrentan las consecuencias de su abuso, y muchos niños siguen siendo vulnerables a convertirse en víctimas de abuso sexual.


ASJ brinda servicios de rehabilitación integral a víctimas de abuso sexual. En primer lugar, brindamos asesoramiento psicológico para ayudar a las víctimas y sus familias a recuperarse del trauma que han experimentado. ASJ también brinda apoyo legal y de investigación para garantizar que los perpetradores sean llevados ante la justicia. Hemos caminado junto a más de 300 casos de abuso sexual, que tienen 30 veces más probabilidades de resultar en una condena. También hemos brindado servicios psicológicos a 2,000 víctimas y familiares. Este trabajo hace posible romper los ciclos de violencia al responsabilizar a los perpetradores y brindar a las víctimas la justicia que merecen.

Más allá de nuestro trabajo con casos individuales, también estamos trabajando para prevenir la ocurrencia de abuso sexual. A través de una asociación con la Secretaría de Educación, hemos brindado capacitación en prevención a más de 18,000 estudiantes y 700 maestros, enseñándoles cómo reconocer signos de abuso sexual y cómo obtener ayuda si se encuentran en una situación vulnerable. Al brindar educación sobre el abuso sexual, brindamos herramientas para evitar que ocurra y ayudamos a acabar con el estigma para que las víctimas estén dispuestas a denunciarlo.

Abogar por la reforma policial

Además de nuestro trabajo a nivel comunitario, también abogamos por reformas que impactarán el acceso a la justicia en todo el país. ASJ es uno de los miembros fundadores de la Alianza por la Paz y la Justicia, una coalición de más de 100 organizaciones de la sociedad civil, las iglesias católica y evangélica y la universidad más grande de Honduras. Juntas, la coalición aboga por reformas del sistema de justicia para abordar los altos índices de violencia e impunidad de Honduras.


Uno de los mayores problemas de seguridad de Honduras era la corrupción dentro de la policía. La policía hondureña fue una de las instituciones gubernamentales menos confiables, con solo el 30% de la población hondureña diciendo que confía en la policía. La policía a menudo estuvo involucrada en el crimen organizado y el tráfico de drogas, lo que significa que terminan protegiendo los intereses de los delincuentes en lugar de las víctimas. Más allá del problema del crimen y la corrupción, la policía hondureña padecía la falta de personal suficiente, teniendo solo la mitad de oficiales por ciudadano que debería tener un país.

En 2016, el gobierno hondureño decidió que finalmente era el momento de abordar los problemas que paralizaban a la policía. Designaron una Comisión de Purga Policial para depurar y transformar la fuerza policial, y pidieron a dos de los líderes de ASJ que formaran parte de la Comisión. En solo tres años, la Comisión ayudó a destituir a 5.600 policías corruptos y no calificados de una fuerza de 13.000, incluidos seis de nueve generales. Mientras tanto, la Comisión supervisó la renovación de un nuevo programa de capacitación de 12 meses (en lugar del anterior programa de capacitación de 3 meses) y desde entonces ha contratado a 9.800 oficiales recién capacitados, aumentando las capacidades de la fuerza policial. Un estudio realizado por el Centro Wilson encontró que este esfuerzo de purga policial no tiene comparación en América Latina, habiendo implementado con éxito reformas que muchos pensaban que eran imposibles. En última instancia, estas reformas están ayudando a transformar a la policía en una institución que protege al pueblo hondureño.

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